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La mujer agricola a la vanguardia

La mujer agricola a la vanguardia

En un encuentro de mujeres productoras de alimentos de la Empresa Pecuaria Triángulo Tres, conocí A Leydis Vargas Leyva, médica veterinaria en la Unidad Básica de Producción Agropecuaria (UBPC) Dalcio Gutiérrez.
 Esta joven es una de las muchas camagüeyanas que unge la obra con la miel de su cariño, y dejó admirados a un grupo de los asistentes al evento con sus acertados planteamientos acerca de la reproducción de la masa, indicador principal para garantizar el futuro ganadero de la provincia.

 —¿Qué estructura tiene tu UBPC?
 —En la Dalcio Gutiérrez contamos con un total de once unidades, siete destinadas a la producción de leche, otras tres funcionan como centros de cría y una para el destete de machos.

 —¿Cómo marcha la reproducción?
 —Es bueno hacer énfasis en que reproducción es sinónimo del reemplazo e incremento de las cabezas de ganado y, por consiguiente, más leche y carne vacuna. En cada una de nuestras vaquerías, cuando los terneros arriban a los nueve meses se les quitan a las vacas, son llevados al centro de destete y allí se separan las hembras de los machos, las primeras van para la unidad de desarrollo y los segundos se quedan para cebarlos y venderlos.
 “Una vez que estas añojas se convierten en novillas y alcanzan la talla y el peso necesarios se inseminan, y cuando están próximas a parir se doman para el primer parto con el objetivo que los críos no sufran por la inexperiencia de las madres primerizas”.

—¿Es decisivo el papel del médico veterinario en todo este proceso?
 —Nuestra primera obligación consiste en vigilar la salud de todos los animales y cuidarlos con mucho amor para que ninguno se enferme. Para esto es fundamental mantener la higiene y los niveles de alimentación, el estado del agua y el manejo de las reses por parte de todos los trabajadores que laboran en cada una de las unidades.
 “El médico tiene que exigirle al personal de una vaquería, sobre todo a los técnicos inseminadores, porque si no se realiza una recogida de las vacas y novillas en celo a tiempo, no hay una buena respuesta reproductiva, y como es lógico, sin gestación no habrá nacimientos ni leche”.

 —A muchos hombres no les gusta que una mujer joven los dirija. ¿Cómo han asimilado tu trabajo?
 —Cuando comencé noté que a algunas personas mayores no les agradaba que yo los requiriera, pero ahora la cosa ha cambiado, todos me quieren y saben que si no exijo no tenemos resultados.

 —¿Algún mensaje para los jóvenes?
 —Decirles que amo mucho mi labor y exhorto a los que viven en las zonas rurales a dar el paso al frente para estudiar las carreras agropecuarias. Por las razones que conocemos, los productos agrícolas están muy caros en el mercado internacional y si los producimos aquí podemos garantizar la alimentación de todos, y además ayudar a la economía de nuestro país.

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