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Aniversario 50 de las invencibles Marianas

"Solo cuando la mujer unge la obra con la miel de su cariño, la obra es invencible ", sentenció José Martí, y el pelotón femenino de combatientes Mariana Grajales, creado hace 50 años en la Sierra Maestra, es referencia testimonial de acierto trascendente en el pensamiento del Héroe Nacional de Cuba.
El cuatro de septiembre de 1958, tras muchas horas de debate para analizar la certeza de la decisión que tomaría, el Comandante en Jefe Fidel Castro constituyó el Pelotón de Las Marianas, integrado por mujeres del Ejército Rebelde que reclamaban el derecho de empuñar las armas y participar en la lucha frontal frente a la tiranía pro imperialista de Batista.
Las muchachas se habían ido integrando a la guerrilla rebelde imbuidas por su fervor patriótico, y allí desempeñaban valiosos oficios femeninos tradicionales: en la cocina, la costura de ropas, el aseo, la enseñanza, la atención de enfermos. Pero ellas querían más y se alzaron frente a los prejuicios machistas de la época.
Isabel y Lilia Rielo, Teté Puebla, Angelina Antolín, Rita García, Ada Bella Acosta, Normita Ferrer, Flor Pérez, Eva Palma, Orosia Soto, Juana Peña, Edemis Tamayo y Olga Guevara, entre otras, formaron aquel grupo de émulas de Mariana, la legendaria madre de los hermanos Maceo Grajales, titanes en la Guerra de Independencia frente a España en el siglo XIX.
Testigos del hecho histórico han relatado que el debate sobre la integración del pelotón femenino se prolongó durante siete horas, pues los hombres se oponían a que les entregaran armas a las mujeres cuando todavía muchos de ellos no tenían una.
Fidel concluyó sus razonamientos expresando que las armas para las mujeres era una decisión justa "porque son mejores soldados que ustedes. Son más disciplinadas".
El cuatro de septiembre era una fecha conmemorativa para la dictadura, cuyas tropas festejaban un golpe de Estado perpetrado años atrás por Fulgencio Batista, y fue ocasión propicia para el estreno de Las Marianas, suceso que rebasaba el simbolismo de la participación femenina y acentuaba la llegada de un tiempo de cambios irreversibles.
Fue el mismo Fidel quien las enseñó a disparar y dispuso que hicieran la guardia en la Comandancia. En los primeros días de octubre ellas salieron al combate dirigidas por el comandante Eddy Suñol, a pesar de que este se oponían a que las mujeres fueran armadas.
El estreno fue en el combate de la presa de Holguín, donde ellas derrocharon coraje y demostraron que podían ser tan buenas en la pelea frontal como cualquier hombre. Suñol cambió radicalmente su opinión y la expuso en una histórica carta que envió al Comandante en Jefe en la cual reconoce el acierto en la decisión tomada.
Numerosas páginas de heroísmo escribiría el pelotón Mariana Grajales. Sus integrantes serían leyenda e inspiración para millares de mujeres que en el transcurso de los años han integrado las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Ministerio del Interior, en Cuba y en misiones internacionalistas, con las armas dispuestas a defender la independencia y la justicia plena.
(*El autor es Roberto Pérez Betancourt / colaborador de la AIN).

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